LEE AQUÍ los emocionantes casos que estudia el Laboratorio. Y otros del ‘CSI español’

Ve leyendo estos casos y piensa si son importantes para la sociedad y la ciencia o no. La identificación de los restos de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla. La determinación de que los huesos encontrados en la finca Las Quemadillas eran de dos niños, y no de animales, como se dijo inicialmente. El asesoramiento en el levantamiento de fosas comunes de la Guerra Civil española. La identificación de víctimas de crímenes en Ciudad Juárez (México) y de descuartizamientos en Medellín (Colombia) el año pasado. Y así, decenas. ¿Te parece una labor importante?

Bien, pues ésta es una mínima parte de lo que se resuelve en el Laboratorio de Antropología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física), un centro de prestigio mundial en la investigación de crímenes pero también en la obtención de datos en restos de miles de años. Y todo ello se va a acabar.

El laboratorio lleva 42 años en un local del semisótano de la Facultad que, en el momento, ya se tildó de provisional. Pero ahora el director de la institución, Miguel Botella, ha decidido cerrarla por falta de espacio y de higiene. Así de sencillo: los restos que se analizan corren riesgo de corromperse, contaminarse o deteriorarse (lo cual elimina la fiabilidad de los trabajos).

La Universidad de Granada inició unas obras de acondicionamiento que se han parado hace dos semanas y, ante la falta de explicaciones sobre cuándo se reanudarán, el equipo del laboratorio de Antropología ha decidido parar la actividad de los más de 80 investigadores implicados (entre investigadores propios, invitados y alumnos del máster).

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Redacción QUO