Un día antes que se cumpliera el 206 aniversario del nacimiento de Charles Darwin, científicos de la Universidad de Princeton (EEUU) y de Uppsala (Suecia) publicaron en la revista Nature un trabajo titulado Evolución de los pinzones de Darwin y sus picos revelada gracias a la secuenciación del genoma.
El trabajo compara el genoma de 120 aves, todas miembros de algunas de las 15 especies de “pinzones de Darwin” y encontraron una parte del ADN diferente entre los pinzones de pico más romo, como el Pinzón terrestre grande (Geospiza magnirostris) y el Pinzón de Darwin cornirostro o grande de cactus (G. conirostris). En esa región del ADN, los investigadores hallaron un gen, conocido como ALX1, que en humanos y ratones se asocia a la formación de características faciales. Para Leif Andersson, responsable de la investigación y profesor de la Universidad de Uppsala, este es un “ejemplo muy interesante en el que pequeñas mutaciones en un gen determinantepara el desarrollo normal, produce una evolución observable”.
Pero lo más interesante que descubrieron fue que este gen también muestra variaciones en aves de una misma especie, como en el Pinzón terrestre mediano (G. fortis). Esto demuestra cómo ocurre la evolución. Para Peter Grant, experto de la Universidad de Princeton, esto les permitirá estudiar in situ cómo varían los picos de pinzones de una misma familia y ver cuáles de ellos se benefician de ese cambio. Y cuáles sobreviven.
Redacción QUO