El telescopio espacial Hubble ha detectado un planeta tan grande como Neptuno, pero más caliente que Mercurio, dando vueltas alrededor de una enana roja en la constelación de Leo, llamada Gliese 436 cada 2,64 días. Cuando el planeta pasa por delante de su sol, los átomos de hidrógeno que arroja su atmósfera, oscurecen un 56% del disco de la estrella y absorben la luz ultravioleta. Los átomos forman una cola parecida a la de un cometa que se extiende millones de kilómetros detrás del planeta, por lo que los especialistas especulan, en un artículo publicado en Nature, que este original planeta ha perdido hasta una décima parte de su atmósfera. En casos más extremos, cuando un planeta del tamaño de Neptuno está más cerca de su sol y por lo tanto aún más caliente, puede arrojar tanto material que se convierte en un mundo rocoso como la Tierra, aunque claro, mucho más caliente.
Juan Scaliter
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