Nuevos descubrimientos apuntan a que las personas que construyeron el complejo megalítico de Stonehenge no eran esclavos. Al menos eso se deduce de la alimentación que llevaban bastante rica y nutritiva. Arqueólogos de la Universidad de York han analizado los restos de alimrntos que quedaban en vasijas de cerámica encontradas en las proximidades del yacimiento arqueológico, y han descubierto que las personas que trabajaron en su construcción se alimentaban de leche, queso, yogur y carne asada.
Además, se ha descubierto que practicaban la cría de cerdos, a los que sacrificaban antes de que llegaran a su máximo peso, lo que se considera una prueba de un sacrificio programado para unas fechas determinadas y con un cariz ritual. Luego, la carne se preparaba en una especie de hornos subteráneos similares a las actuales barbacoas.
Lo más curioso es que hay evidencias que apuntan a que esos animales eran traídos desde otras partes del país, lo que sugiere que los constructores de Stonehenge contaban con unared de avituallamiento bastante desarrollada.
Redacción QUO