Según los últimos estudios, tenemos un 10% de genes neandertales. Así, en principio, no parece demasiado. Pero, ahora estamos empezando a descubrir poco a poco cómo nos influye ese «pequeño» porcentaje. Y es que según los resultados de una nueva investigación realizada por miembros del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck, en Leipzig, Alemania, hemos heredado de nuestros antepasados neandertales la propensión a padecer alergias. Puede parecer que es un mal legado, pero también tiene su lado bueno ya que, a la par, nos sirve para aumentar nuestra capacidad de evitar infecciones.

Cuando los humanos modernos se encontraron con los neandertales en Europa y las dos especies se mezclaron hace muchos miles de años, el intercambio sirvió para que los humanos adquiriésemos unas variaciones genéticas que nos hicieron más resistentes a las infecciones. Pero, cómo ya hemos dicho, también hizo que algunos individuos se volvieran más propensos a padecer alergias.

«Hemos descubierto que el cruce sexual entre las dos especies ha influído en tres de los genes vinculados a la inmunidad de nuestro actual genoma», señaló Janet Kelso, una de las responsables de la investigación. «Esto demuestra la importancia de los llamados eventos introgresivos (el movimiento de genes entre especies) en la evolución del sistema inmunológico del ser humano».

Redacción QUO