Las células madre pluripotentes de humanos pueden obtenerse de dos modos. Uno de ellos son las células madre embrionarias obtenidas de fertilización in vitro (IVF) , el otro método son las IPS, células madre inducidas, en las cuáles células dérmicas por ejemplo son reprogramadas. Pese a que estas células pueden ser orientadas a la formación de cualquier órgano, llevan en su núcleo vestigios de su destino, genes activados o desactivados para producir un riñón o un corazón.
Pero existe otro tipo de célula madre bautizada como ingenua que, por decirlo de algún modo, carece de esa memoria, lo que le permite producir cualquier tejido humano, excepto la placenta.
“Hasta ahora se pensaba que no era posible aislar estas células madres ingenuas, aunque teníamos la tecnología para hacerlo en ratones – explica Ge Guo, director del estudio publicado en Stem Cell Reports – pero hemos logrado, por primera vez, extraerlas y cultivarlas con éxito. Las células madre ingenua tiene muchas aplicaciones potenciales, desde medicina regenerativa hasta tratamiento de desórdenes como el síndrome de Down”.
Cuando el óvulo es fertilizado por el esperma, comienza a dividirse y multiplicarse hasta que se forma el embrión. Alrededor del quinto día se forma una estructura conocida como blastocisto, compuesto por tres tipos de células distintas: las que se convertirán en la placenta y permitirán al embrión adherirse a la matriz, las que alimentarán al feto en su desarrollo y las que forman el epiblasto, compuesto por las células ingenuas que desarrollarán el cuerpo. Dirigidos por Guo, los científicos obtuvieron células del blastocisto y cultivarlas individualmente. Al separarlas, los investigadores impidieron que “se comuniquen” entre ellas, evitando que tomen un rumbo (hacia un órgano) determinado. Esto abre la puerta primero para aplicarlo en medicinaregenerativa, sobre todo en órganos como el corazón, el páncreas o el cerebro. Pero también acerca otra opción. De acuerdo con Jenny Nichols, coautora del estudio, “uno de las aplicaciones más importantes tiene que ver con los desórdenes que surgen de células con un número anormal de cromosomas, como el síndrome de Down. Al poder separar las células y cultivarlas individualmente, podríamos generar líneas celulares sanas y “afectadas” y así comprar dos tejidos que parecen idénticos, excepto por su diferencia en el número de cromosomas”.
Juan Scaliter