Cualquier buen tuitero que se precie sabe que debe tener cuidado con los mensajes que redacta, no solo porque nunca se sabe dónde pueden acabar, sino también porque es más que probable que haya algún troll aburrido merodeando la zona y acabe convirtiendo el tuit en un flame o una batalla campal en toda regla. Esto último es lo que le ocurrió al respetado astrofísico y divulgador Neil deGrasse Tyson, al que conocerás por su famoso programa Cosmos: A Spacetime Odyssey o por su cameo en la conocida y divertida serie Big Bang Theory.

El pasado día 11 de marzo, Tyson lanzó el siguiente tuit: «Si alguna vez hubo una especie a quien el sexo le hizo daño, seguramente se extinguió hace mucho tiempo«.

Aunque se aprecia el tono jocoso en el tuit, la reacción fue inmediata y algunos usuarios no tardaron en dejar la broma de lado e intentar sacar de su error al astrofísicoponiendo ejemplos de que la realidad es muy distinta. Carl Zimmer, escritor de ciencia, recomendó al astrofísico leer sobre las chinches y Kyle Hill, editor de Nerdist, le hablo de las crueles relaciones sexuales que deben soportar las arañas, los caracoles o las gatas. Por su parte, Jason G. Goldman, periodista científico de BBC, le recordó el caso de los delfines.

Según explicaba Carin Bondar, biólogo y autor del libro Wild Sex: The Science Behind Mating in the Animal Kingdom, «los seres humanos piensan así bajo la suposición errónea de que porque a nosotros nos gusta el sexo, a todos los animales debe gustarles también. Nada más lejos de la realidad en el 99% del reino animal«.

Algunas especies de araña se rompen el pene durante sus relaciones de apareamiento. Marsupiales australianos copulan hasta caer muertos. La gata debe aguantar ser fecundada con un pene con espinas y otros como el compañero de la mantis pierden la cabeza.

No es la primera vez que Tyson cae en un charco. Ha criticado públicamente la ciencia de Star Wars, ha desacreditado el día bisiesto y en Navidad tuiteó un mensaje algo satírico con respecto al significado bíblico de la Navidad.

Fuente: livescience.com

Redacción QUO