Hemos retozado (fervientemente) con ellos, heredamos sus genes y ellos algunas de nuestras características, pero tras unos 100.000 años de éxito evolutivo, los neandertales desaparecieron y aún no sabemos con precisión el motivo. Al menos hasta que Jordi Agustí, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, y Xavier Rubio-Campillo, del Centro de Supercomputación de Barcelona se hicieron una sencilla pregunta: ¿Fueron los neandertales responsables de su propia extinción? El interrogante es el título de un estudio, publicado en Quaternary International, que intenta dar una respuesta al dilema. Desde hace tiempo se asume que nuestros primos evolutivos eran caníbales. Pruebas de ellos se han encontrado en España, Croacia o Francia.
Basándose en un modelo informático, en evidencias fósiles de una y otra especie, los expertos han llegado a la conclusión de que los neandertales comían a miembros de tribus rivales por una cuestión nutritiva. “Esta característica – explican en su estudio – fue seleccionada como un comportamiento común en circunstancias de estrés ambiental o de población. Esto les permitía sobrevivir, pero cuando tuvieron que competir por los recursos con otra especie (nosotros), el canibalismo tenía un impacto negativo, lo que les llevó, finalmente, a la extinción”.
Los resultados de la simulación muestran que el canibalismo es una ventaja cuando los recursos son escasos y se limitan a una región específica. Pero cuando una especie no caníbal se establece en el mismo hábitat, prospera hasta que se adueña de los recursos, mientras que los caníbales retroceden a las zonas más áridas y pobres… “una situación muy similar a la que conocemos del fin de los neandertales”, concluye el estudio.
De este modo, no es que nuestros primos evolutivos se hayan comido unos a otros, sino que esta costumbre sería un importante desencadenante de su extinción cuando se enfrentaron a nosotros. Lo que, nuevamente, nos pone en el banquillo a la hora de encontrar culpables para su desaparición.

Juan Scaliter