Una nueva investigación, liderada por Mark Grabowski, de la Universidad de Oslo, sugiere que los seres humanos nos convertimos en animales con cerebros grandes y cuerpos grandes debido a la presión evolutiva para que el cuerpo acompañara el crecimiento de nuestro cerebro. El trabajo, publicado en la revista Current Anthropology, contradice los modelos anteriores que señalaban que ambas magnitudes eran rasgos independientes que obedecían a presiones evolutivas.
Para Grabowski el tamaño del cerebro y el del cuerpo están ligados genéticamente y fue la selección natural la responsable de aumentar el volumen cerebral, el cuerpo simplemente siguió la tendencia. Este fenómeno podría haber sido el único responsable del incremento de estos dos rasgos, un hecho que se produjo en los orígenes del género Homo.
«Durante los últimos cuatro millones de años, el tamaño del cerebro y el tamaño corporal – explicaGrabowski – aumentaron sustancialmente en nuestros ancestros humanos. Este hecho ha dado lugar a numerosas hipótesis que buscaban explicar la razón de dichos cambios. La tendencia general era asumir que eran el producto de fuerzas evolutivas diferentes”.
Para intentar responder a esta polémica, Grabowski recopiló la variación evolutiva del tamaño de ambos rasgos en varios primates y en los humanos modernos. Con estos datos elaboró un modelo que le permitió analizar de qué modo las relaciones genéticas y las presiones de selección naturalinteractuaron a lo largo de la evolución de nuestro linaje. Sus resultados demuestran, por primera vez, que fue la presión para aumentar el tamaño del cerebro lo que forzó a ampliar nuestra envergadura corporal
Básicamente, este nuevo trabajo sugiere que primero fue el cerebro (su tamaño) y que el cuerpo le acompañó. “Si bien la selección, sin duda jugó un papel en estos cambios – concluye Grabowski –, mis hallazgos sugieren que no es ella la responsable del incremento corporal en nuestros ancestros.De este modo, los modelos evolutivos de los orígenes del género Homo que se basan en un aumento del tamaño corporal debido a una adaptación, deben ser reconsiderados”.

Juan Scaliter