Los seres humanos estamos constantemente procesando información y transformándolas en estadísticas para tomar decisiones, ya sea aquellas vitales, com cambiar de trabajo u otras más sencillas y casi intuitivas como tomar determinada salida en una rotonda. El resultado de esos cálculos es la confianza, sin ella jamás las llevaríamos a cabo muchas elecciones. “En última instancia – explica Adam Kepecs, autor del estudio publicado en Neuron – este sentimiento se apoya en los mismos métodos computacionales que utiliza un ordenador. Cuando tomamos decisiones, precisamos confianza, si no tuviéramos este mecanismo, tendríamos serias dificultades para apostar por una elección”.
Para investigar cómo se construye y dónde se sitúa la confianza en nuestro cerebro, Kepecs diseñó un videojuego en el que humanos y ordenadores se “enfrentaban” para decidir qué serie de sonidos sucesivos, era más rápida. Cada elección iba acompañada de un índice de confianza en la opción correcta, siendo 1 muy poca confianza y 5, mucha. Los resultados mostraron quelas respuestas de los voluntarios eran muy similares a cálculos estadísticos: el cerebro “produce” el sentimiento de confianza del mismo modo que un ordenador calcula patrones a partir de datos. El modelo construido en base a estos informes, también tuvo en cuenta la arrogancia o la inseguridad de algunos humanos y las diferencias culturales.
Juan Scaliter