Un equipo de científicos del Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC (EEUU) quiso saber qué ocurría si disparaban el Linac Coherent Light Source, que es láser más potente del mundo, contra unas inocentes gotas de agua ¿El resultado? Una gran explosión. Eso sí, miniaturizada.
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Lo que te estarás preguntando ahora es, «y esto, ¿para qué sirve?». Buena pregunta. Según explica Claudiu Stan, investigador de la Universidad de Stanford, el agua es utilizada con frecuencia para colocar una muestra en la trayectoria del rayo láser. Está claro que a nadie le gustaría poner su mano. Así que para ellos es de gran importancia conocer qué efectos causa el líquido elemento en su querido juguete. Además, «también podría contribuir a encontrar nuevos métodos para utilizar las explosiones de rayos X con el fin de producir cambios en las muestras obtenidas y poder estudiar la materia en condiciones extremas. Estas investigaciones ayudan a comprender una serie de fenómenos en la ciencia de los rayos X y otras aplicaciones».
El experimento se les había resistido hasta ahora, pero por fin han logrado desarrollar un sistema óptico muy rápido que les permite tomar imágenes microscópicas de una gran calidad.
Fuente: iflscience.com
Redacción QUO