Nuestra propia galaxia no deja de depararnos sorpresas. La última la han descubierto Dustin Lang, del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Toronto, y Melissa Ness investigadora del Instituto Max Planck de Astronomía en Heildelberg, Alemania. Y se trata de la confirmación de que en el Centro de La Vía Láctea, hay una extraña X.
Dicha X está formada por estrellas pero, ¿qué es realmente? Los investigadores autores del descubrimiento explican que nuestra galaxia es como un gran disco giratorio. En este tipo de galaxias, cuando el disco delgado de gas y las estrellas es suficientemente masivo, se puede formar lo que se conoce como «barra estelar», que consta de estrellas que se mueven en una órbita en forma de caja alrededor del centro. Nuestra propia Vía Láctea tiene un barra, al igual que casi dos tercios de todas las galaxias de disco cercanas.
Con el tiempo, la barra se puede torcer hacia el centro, lo que provoca una especie de bulbo, que contiene estrellas que se mueven alrededor del centro galáctico. Pues bien, esas estrellas son las que forman la estructura parecida a una X.
Según los científicos, ese bulbo del que hablamos puede producirse cuando una galaxia se fusiona con otras. Peor no parece que haya indicios de que La Vía Láctea se haya fusionado con ninguna otra en, al menos 9.000 millones de años. Por eso, se piensa que ha debido surgir a causa de mecanismos internos que aún son desconocidos.
Vicente Fernández López