O, al menos, se hicieron a la idea de cómo piensa uno de ellos. Según una nueva investigación realizada por la Universidad Carnegie Mellon que ha sido publicada en la revista Psychological Science, podríamos estar enfocando mal la transmisión de conocimientos en este ámbito.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores contaron con ochenta personas decididas a estar durante horas realizando cálculos matemáticos para que los científicos pudieran realizar las respectivas valoraciones mediante resonancia magnética funcional (fMRI) sobre lo que estaba ocurriendo en su cerebro. Fue así como descubrieron que la resolución de un problema matemático consta de cuatro fases distintas en nuestro cerebro: codificación, planificación, resolución y respuesta. Los resultados mostraron que la etapa de planificación solía ser más larga cuando el problema requería una mayor planificación. Asimismo, la fase de resolución tendía a extenderse cuando la solución era más difícil de hallar, lo que indica que el método de mapeado habitual se vio afectado a consecuencia de distintas características de los problemas.
John Anderson, autor principal de la investigación, lleva décadas tratando de adaptar la educación al comportamiento del cerebro de los estudiantes y que esta no altere las etapas de procesamiento cognitivo.
Fuente: sciencedaily.com
Redacción QUO