“Los investigadores cree que si usan células de la misma línea de células, particularmente células del mismo lote de un banco de células – explica Thomas Hartung, de la Universidad John Hopkins –, entonces deberían ser clones que actúan del mismo modo. Pero hemos descubierto que no siempre es así”.
Hartung lideró a un equipo que, junto a otro dela Universidad Brown, estaban trabajando con células de cáncer de mama adquiridas al mismo tiempo en el mismo banco de células, cuando descubrieron que las células respondían de modo diferente a ciertos químicos, a pesar de que los investigadores no habían detectado ninguna diferencia cuando evaluaron su autenticidad en el momento de la compra. Los expertos supieron que algo no iba bien cuando dos experimentos idénticos produjeron resultados muy diferentes. Incluso cuando los investigadores intercambiaron las células y se repitieron los ensayos, seguía habiendo diferencias. Un análisis posterior mostró que las células eran genéticamente distintas desde que las compraron, algo muy extraño ya que se supone que estas son el resultado de divisiones de una misma célula, y por lo tanto todas deben llevar el mismo ADN. Incluso si se trataba de un lote en mal estado, el hallazgo plantea la incertidumbre sobre la reproducibilidad de experimentos usando células que los investigadores asumen contienen el mismo ADN.
El trabajo es de gran importancia ya que la fiabilidad de las células es la base de importantes investigaciones científicas. Los resultados se han publicado en Scientific Reports.
Para este experimento, los investigadores trabajaron con células de la línea MCF-7 (Michigan Cancer Foundation-7), una línea de cáncer de mama aislada en 1970 y que ha sido utilizada en más de 23.000 artículos científicos.
Cuando las células fueron expuestas a estrógenos, los investigadores de la Universidad Brown proliferaron ampliamente, pero los de Hopkins no.Otras pruebas mostraron que las células producido diferentes cantidades de subproductos metabólicos y tenían diferentes patrones de activación genética. Para descartar que la responsabilidad fuera de los equipos de cada universidad, ambas se intercambiaron las células y realizaron los experimentos una vez más. Con idénticos resultados.
Al analizar un vial congelado que hasta el momento no se había tocado, allí también descubrieron diferencias. Los resultados señalan un problema potencialmente enorme para la reproducibilidad de los experimentos científicos que utilizan cultivos de células tumorales. «Esto podría explicar – concluye Hartung –por qué hace tres años un importante estudio internacionalque usó esta misma línea celular, no pudo ser replicado. Se trata de una llamada de atención a los bancos de células para que evalúen los procedimientos de garantía de calidad”
El estudio se publicará hoy en la página web de Scientific Reports: ”Genetic variability in a frozen batch of MCF-7 cells invisible in routine authentication affecting cell function»
Juan Scaliter