Hay veces en las que la intensidad nos sobrepasa a todos los niveles. Es el caso de Hen 2-427, una estrella fotografiada por el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA, que muestra un gigantesco anillo de material eyectado por una explosión. La NASA rescató ayer esta imagen que nos muestra lo diferentes que pueden llegar a ser algunas vidas estelares.
La actividad de las estrellas es un rasgo definitorio de su brillo. Hen 2-427 es concretamente una estrella de Wolf-Rayet (WR), unos colosos galácticos que miden entre 20 y 30 veces más que el Sol. Si se pudiera observar el Sistema Solar desde mucho más allá del Cinturón de Kuiper, es muy probable que aparezca un gran anillo de fuego en la ‘puerta de salida’. Este fenómeno, conocido como heliosfera, es creado por el viento solar.
Estrellas como Hen 2-427 sufren una gran pérdida de masa debido a los fuertes vientos que soplan desde su superficie hacia el espacio. Ella, en concreto, se encuentra envuelta por una nebulosa conocida como M1-67. Estas condiciones han hecho que sea capaz de desarrollar elevadas temperaturas de 25.000 ºC. Para hacernos una idea, el Sol tan solo alcanza los 5.500 ºC.
Hen 2-427 se encuentra en la recta final de su vida. Durante su vejez se ha dedicado a expulsar cúmulos de gas y radiación ionizante hacia la nebulosa, que posiblemente sea el resultado de 10 milenios de eyección.
Según explica la ESA, a pesar de su aspecto de anillo, el conjunto de M1-67 y Hen 2-427 carece de una estructura clara, que podría tratarse de nodos de gas muy calientes que se acumulan en torno a una estrella central.
La fotografía fue tomada en 2015 hacia 15.000 años luz de distancia, donde se ubica la constelación de Sagitta («flecha” en latín). Los datos de luz visible fueron recopilados por la Cámara Planetaria y de Gran Angular 2 del telescopio Hubble.
Redacción QUO