Si eres un fan de Bones, Alias, CSI o Mentes criminales seguro que lo has visto un millón de veces: el detective de turno llega con una muestra y encarga a un señor atareado del laboratorio que le dé prioridad a su análisis de ADN para intentar dar caza a un criminal. Esto, que en la ficción se pide con la misma facilidad que el chopped en la charcutería y que el técnico ejecuta en un abrir y cerrar de ojos, no es tan sencillo en la vida real.

Es cierto que poder realizar un perfilado genético de los sospechosos de un delito ha supuesto un antes y un después en la ciencia forense. Hasta ahora, ya que un grupo de investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore acaba de arrebatarle el estrellato del que la técnica ha disfrutado en las últimas décadas. Según su teoría, el ADN no es el único medio de conocer el material genético único de un individuo. El equipo de investigadores, capitaneados por Glendon Parker, explican en un artículo publicado en PLoS ONE que las proteínas que contiene el cabello humano pueden realizar esta función con más eficacia.

Brad Har, coautor del estudio, aseguraba en un comunicado que esta nueva herramienta está en un punto similar al del perfil de ADN en sus comienzos, pero que no duda de que «esta técnica revolucionará la ciencia forense«.

Para dar validez al método, los investigadores examinaron muestras de cabello de 76 personas que habían muerto 250 años atrás junto a otras 76 de personas vivas procedentes de África y Europa. Tras el análisis, pudieron demostrar la gran esperanza de vida de las proteínas analizadas: identificaron un total de 185 marcadores de proteínas del pelo que, según ellos, pueden identificar con certeza a un individuo en una población de un millón de personas.

Además, cuenta con la ventaja de que, al contrario que ocurre con los perfiles genéticos, no tiene riesgo de degradarse a consecuencia del medio ambiente y los productos químicos utilizados para manipular la muestra.

Los investigadores esperan a cantar victoria a encontrar un núcleo central que contenga alrededor de 100 marcadores de proteínas. Según ellos, esto elevaría la técnica a un nuevo nivel: identificar a un individuo entre toda la población mundial, lo que, como podéis suponer, sería de gran ayuda para la investigación criminal o arqueológica. Y todo, gracias a un simple pelo.

Fuente: popsci.com

Redacción QUO