España es uno de los mayores productores mundiales de tomate. Mientras algunas estadísticas nos sitúan terceros, por detrás de México y Holanda, otras aseguran que somos los mayores productores europeos. Sin importar cuál es la más acertada, la realidad es que el sabor de los tomates españoles (y los de cualquier lugar) podría mejorar mucho según afirma un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Science.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto que enfriar los tomates por debajo de los 12ºC impide que estas frutas generen sustancias que contribuyen a mejorar su sabor. Tras una semana refrigerados a 3ºC, los tomates perdieron parte de las sustancias que generan su característico aroma y aumentan el sabor. Un test realizado con 76 voluntarios confirmó los resultados. Las frutas tampoco se recuperaban después de tres días a temperatura ambiente. Los análisis realizados señalan a ciertos genes implicados en la madurez de la fruta como los que más sufren por el frío y por ello el tomate pierde parte de su sabor. Pero si solo se mantiene en la nevera durante un máximo de tres días, los aromas no se pierden.
El próximo paso del equipo, dirigido por Denise Tieman, es desarrollar tomates que no pierden sus aromas y sabores al enfriarse.
Juan Scaliter