Nueve años atrás, en Atapuerca, más precisamente en la Sima del Elefante, se encontró un trozo de mandíbula de un homínido. Databa de 1,2 millones de años atrás y, afortunadamente, llegó a manos de la experta del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) y la Universitat Autònoma de Barcelona, Karen Hardy.
Tras años de estudio, Hardy descubrió que nuestros parientes habrían utilizado una especie de palillo para tratar la acumulación de sarro en los dientes. El sarro, una forma de placa endurecida, se encontró en todos los dientes examinados, excepto en uno. Se extrajeron muestras mediante tecnología ultrasónica y luego se analizó para recuperar los microfósiles atrapados en él. Entre ellos se encontraban varios tipos de fibras, incluyendo trozos pequeños de madera no comestible, plantas y tejidos animales. También se detectó un fragmento del ala de una mariposa y de la pata de un insecto. Finalmente se hallaron dos tipos de esporas de hongos, una de ellas similar al patógeno moderno de la planta Alternaria, que se asocia con el asma y la fiebre del heno.
Las fibras de madera provienen de una ranura en la parte inferior del diente, llamada ranura interproximal, que se cree que está provocada por usar palillos con frecuencia.Hasta ahora, el más antiguo de este tipo de higiene dental, provenía de los restos de un neanderthal que vivió unos 50.000 años atrás.
Adicionalmente, de acuerdo con Hardy, la naturaleza intacta de los gránulos de almidón y las fibras no trituradas encontradas, demuestran que los homínidos todavía no sabían cómo usar el fuego para cocinar los alimentos crudos. Los dientes examinados se habían desgastado y mostraban signos de uso intenso, lo que sugieren que se usaban para masticar materias primas.
El estudio se ha publicado en The Science of Nature.
Juan Scaliter