En lo estrictamente práctico se trata de un monumento megalítico formado por poco más de una decena de rocas dispuestas a modo de circulo, algunas de ellas formando un arco, pero su construcción, más de 4.000 años atrás y su propósito, han despertado la imaginación y el estudio de centenares de científicos y también de aficionados a las explicaciones bizarras. Se trata de Stonehenge, un sitio declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
El problema es que cada año la visitan cerca de un millón de personas, 114 turistas cada hora. Obviamente esto produce enormes problemas de tráfico y ahora el gobierno británico ha tomado cartas en el asunto y ha dado luz verde para la construcción de un túnel de unos tres kilómetros de longitud bajo el monumento, junto a una reforma para ampliar la autopista. Todo el proyecto, aprobado por la UNESCO, costaría unos 2.000 millones de euros.
Mediante una consulta en internet, Highways England, el organismo británico que regula la construcción de autovías, escuchará propuestas sobre el trazado sugerido, que comenzará a construirse en 2020.
A este respecto, el secretario de Transporte, Chris Grayling, aseguraba en una entrevista a la BBC que el túnel “transformará la A303, reduciendo los problemas de tráfico y mejorando los tiempos de circulación”. Pero muchos no están de acuerdo.
El novelista e historiador Tom Holland, afirmaba en su cuenta de Twitter que “Es una noticia terrible. Un túnel bajo Stonehenge será devastador en términos arqueológicos y también morales”.
Y es que muchos expertos argumentan que pueden encontrarse aún muchos testimonios en la región. De hecho en septiembre de 2015, muy cerca de este monumento, hallaron otro, mayor aún, formado por cerca de 90 rocas, enterrado. Pero el proyecto ya está en marcha…al menos por ahora.
Juan Scaliter