Realizar ejercicio en ambientes calurosos conduce a una fatiga prematura debido a diferentes factores fisiológicos, entre los que destaca una alta temperatura corporal, la habilidad para mantener la temperatura del cuerpo en un ambiente de altas temperaturas se reduce con el envejecimiento. Así, la población de más de 60 años es la más vulnerable a las olas de calor. Más aún si se encuentran practicando deportes.
Muchos fabricantes de ropa compresiva de disipación térmica, señalan que estas prendas ofrecen beneficios termorreguladores, pero hasta ahora no había ningún estudio que respaldara o negara dichas afirmaciones. Iker Leoz, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ha presentado una tesis doctoral (Una nueva estrategia para reducir la hipertermia inducida a través del ejercicio en diferentes grupos de edad) que ha sido calificada con sobresaliente cum laude y que demostraría que el uso de la ropa compresiva de disipación térmica en la parte superior del cuerpo no ayuda a reducir la temperatura corporal durante el ejercicio. Quizás todo lo contrario.

Para llegar a esta conclusión, Leoz dividió a unos cincuenta voluntarios en cuatros grupos, de acuerdo a su edad. “Realizamos cuatro estudios – afirma en un comunicado –, todos publicados en revistas internacionales de impacto: tres de ellos, con participantes jóvenes y físicamente activos; y un cuarto, en el que reclutamos a individuos mayores, de una media de 66 años, y físicamente entrenados, que se ejercitaron en ambientes termoneutrales, a entre 20 y 23º C; templados, a 25º C; y calientes, a 40º C”. Los resultados demostraron que el uso de este tipo de prendas no ofrece ningún beneficio termorregulador en jóvenes físicamente activos durante un ejercicio de intensidad moderada a una temperatura de 20º C, aunque sí podría ayudar en la recuperación, reduciendo la temperatura corporal. En el ambiente más caluroso, la ropa no mitigaba ni el estrés cardiovascular ni el termorregulador. De hecho, a esa temperatura, podría incrementar el estrés cardiovascular durante la recuperación activa e, incluso, aumentar el consumo de oxígeno y la producción de CO2.

Para la población mayor, ciclistas entrenados con una media de 66 años, este tipo de ropa aumentó la temperatura corporal. Por este motivo, Leoz recomienda que esta población no utilice la ropa compresiva de disipación térmica, ya que podría incrementar la aparición de la hipertermia (elevación de la temperatura corporal por encima de valores normales).
En conversación telefónica con Quo, Leoz señala que está intentando que sus estudios sean accesibles en diferentes formatos, pero que por ahora se puede acceder a ellos a través de su página.

Juan Scaliter