La detección temprana del cáncer resulta vital ara aumentar las probabilidades de tratamiento. Más de un 90% de las mujeres a las que se le detecta un cáncer de mama en las primeras etapas sobrevive 5 años o más. Las cifras son similares para tumores de ovario o intestino. En el caso del cáncer de pulmón, la detección precoz aumenta la posibilidades de vida de un 14 a un 70%.
Para ello deben darse dos hechos fundamentales, análisis que detecten el tumor y que señalen su ubicación.Lo primero era posible, pero lo segundo no se había conseguido. Hasta ahora.
Cuando un tumor comienza a extenderse, compite con las células normales por los nutrientes y por el espacio, una competencia que culmina con la muerte de estas últimas. Un nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad de California, San Diego, liderados por Kun Zhang, ha conseguido analizar el ADN de las células moribundas en el torrente sanguíneo y usarlo para descubrir el tejido afectado. “Saber dónde se localiza un tumor – explica Zhang en un comunicado – es fundamental para una detección temprana”. El estudio, publicado en Nature Genetics, se basa en una pista concreta del ADN: los haplotipos de metilación CpG, que son la adición de grupos metilo a varias secuencias del ADN. Cada uno de nuestros tejidos puede ser identificado por una huella única de haplotipos de metilación.
“Hicimos el descubrimiento por accidente – añade Zhang –. Buscábamos células cancerígenas para averiguar su origen, pero vimos también señales de otras células. Nos dimos cuenta de que si integrábamos los dos conjuntos de señales podíamos determinar si había un tumor y dónde estaba creciendo”.
El equipo de Zhang creó una base de datos con las huellas de haplotipos de metilación para hígado, intestino, colon, pulmones, cerebro, riñón, bazo, páncreas o sangre. La prueba funciona como un proceso de autenticación por partida doble: se necesita la combinación de ambas señales para obtener una respuesta positiva. Pese a los buenos resultados, los autores son precavidos y aseguran que se trata de un ensayo y habrá que hacerlo más preciso antes de llevarlo a la fase de ensayo clínico.
Juan Scaliter