Un equipo internacional de científicos, liderados por Madhav Thambisetty, del Instituto Nacional de Envejecimiento (EEUU) y Cristina Legido-Quigley, del King´s College de Londres, comparó la concentración de 100 metabolitos de ácidos grasos en muestras de tejido cerebral de individuos mayores. En total se estudió el tejido, obtenido de autopsias, de 43 personas: 14 con un cerebro sano, 15 con proteínas tau o amiloide (típicas de pacientes con Alzheimer) pero que no presentaban problemas de memoria y 14 con Alzheimer. Los niveles de metabolitos se midieron en muestras de regiones cerebrales vulnerables a este trastorno neurodegenerativo, el giro frontal medio y el temporal inferior, así como también en un área resistente a la patología, el cerebelo.
Los resultados, publicados en PLOS Medicine, mostraron que los los niveles de seis ácidos grasos insaturados (ácido linoleico, ácido linolénico, ácido docosahexaenoicoo DHA, ácido eicosapentaenoico, ácido oleico y ácido araquidónico) en las regiones vulnerables, estaban vinculados con el Alzheimer.
Por ahora, destacan los autores, se trata de un estudio observacional: no está claro si la desregulación de los ácidos impulsan de algún modo el Alzheimer o son una respuesta a esta patología. Por lo tanto, será necesario realizar más estudios con un mayor número de muestras para confirmar los hallazgos y quizás identificar otros metabolitos asociados con el Alzheimer. Pese a ello sí concluyen que este «trabajo sugiere que la desregulación del metabolismo de los ácidos grasos desempeña un papel en la patología y que estos resultados proporcionan más pruebas de la base metabólica del origen del Alzheimer”.
Juan Scaliter