Poco más de cinco años atrás, un grupo internacional de expertos, entre los que se encontraba Ravinder Dahiya, desarrolló una piel electrónica.para cubrir las prótesis hechas con grafeno. Ahora, el propio Dahiya ha liderado a un equipo de la Universidad de Glasgow (Escocia) y han logrado que el grafeno fuera usado como generador para dar energía a esta piel artificial.
Esto es posible, primero, gracias a la transparencia óptica del grafeno que permite que un 98% de la luz, pase a través de él, lo que lo convierte en un material ideal para trabajar con energía solar. Eso ha permitido, por primera vez que se coloquen diferentes circuitos y sensores (de presión o temperatura, por ejemplo) alimentados por energía solar en esta nueva dermis y así conseguir nuevas capacidades.
“La piel humana – explica Dahiya en un comunicado – es un complejo sistema capaz de detectar presión, temperatura y textura a través de una red de sensores neuronales que envían la información al cerebro. Hemos desarrollado prototipos de prótesis capaces de efectuar mediciones de gran complejidad al tiempo que estamos creando sistemas de impresión para abaratar los precios”.
El estudio, publicado en Advanced Functional Materials, muestra cómo esta piel adapta la presión dependiendo de la textura y configuración del objeto
Juan Scaliter