Unos 500 años atrás, un par de protoestrellas muy jóvenes para saber lo que hacían, tuvieron unencuentro demasiado cercano. Las consecuencias fueron explosivas. Literalmente.
Gracias al telescopio ALMA, un grupo de astrónomos, ha podido ver los restos de este vis a vis estelar y ha logrado obtener nuevos conocimientos sobre el nacimiento de las estrellas.
Todo habría comenzado unos 100.000 años atrás cuando varias protoestrellas en la Nube Molecular de Orion 1 (OMC-1), una fábrica de estrellas a unos 1.500 años luz de la Tierra, comenzaron a acercarse peligrosamente debido a la gravedad. Y ocurrió lo que era obvio: dos de estas estrellas se rozaron o chocaron, provocando una poderosa erupción que lanzó otras protoestrellas hacia el espacio interestelar a velocidades superiores a los 150 kilómetros por segundo (540.000 km/h). Esta violenta interacción liberó tuna cantidad de energía similar a la que emite el Sola lo largo de 10 millones de años.
“Lo que vemos en este vivero estelar – explica John Bally, autor principal del estudio publicado en AstrophysicalJournal – es una versión cósmica de una exhibición de fuegos artificiales, con serpentinas gigantes flotando en todas direcciones”. Pero el espectáculo durará muy poco, al menos en términos astronómicos: solo algunos siglos.

Juan Scaliter