Los nucleótidos son esenciales para la vida en la Tierra ya que forman los bloques de construcción de ADN o ARN. Comprender cómo se formaron por primera vez es un desafío que lleva años, y la comprensión de cómo se hicieron por primera vez es una incógnita que lleva años desafiando a los expertos que buscan desentrañar los orígenes de la vida.
Hasta ahora, los científicos pensaban que dos clases de nucleótidos, las purinas y las pirimidinas, imprescindibles para formar el ADN y el ARN, debían haberse desarrollados por separado y bajo condiciones mutuamente incompatibles. Pero un nuevo estudio, publicado en Nature, demuestra por primera vez que tanto las purinas como las pirimidinas pueden formarse a partir de una molécula precursora común, anterior al surgimiento de la vida.
Los nucleótidos de purina y pirimidina se unen entre sí mediante interacciones moleculares específicas que proporcionan un mecanismo para copiar y transferir información a nivel molecular, lo que es esencial para la genética, la replicación y la evolución. Por lo tanto la comprensión de los orígenes de los nucleótidos es clave para comprender los orígenes de la vida misma.

“Con este estudio – explica Matthew Powner, uno de los líderes de la investigación en un comunicado – proporcionamos una nueva perspectiva sobre cómo surgieron las moléculas de ARN originales. El ARN es la piedra angular de toda la vida en la Tierra y probablemente contenía la primera información genética, pero la fabricación de ARN requiere nucleótidos de purina y pirimidina. Durante medio siglo, la solución a este problema nos había esquivado”.
El equipo demostró cómo ambos nucleótidos pueden unirse en un soporte similar de un tipo de azúcar para formar moléculas llamadas ribonucleótidos que se utilizan para construir ARN. El próximo objetivo es investigar en mayor profundidad los mecanismos que permiten transferir información entre ambos nucléotidos.

Juan Scaliter