“Por usted, señor Ispizúa. He venido solo por usted”. Así saluda una de las asistentes al I Congreso Internacional de Longevidad y Criopreservación al eminente investigador Juan Carlos Izpisúa, a la entrada de la sede central del CSIC, en Madrid. El científico, una referencia mundial en el campo de la regeneración celular, devuelve el saludo con amabilidad, modestamente, y accede al salón de actos donde se celebrará el evento, organizado por la Fundación VidaPlus.

En Quo, medio oficial del congreso, tampoco queremos perdernos la conferencia de este buque insignia de la ciencia española, sobre la edición genética y la regeneración celular. Ni tampoco la de más de dos decenas de mentes clarividentes que desgranarán, durante los próximos dos días, las claves científicas, humanísticas y legales para vivir más y mejor.

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Entre ellos destacan figuras como la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, el ingeniero Aubrey de Grey, un “líder espiritual” que piensa en el cuerpo humano como en un avión, como un coche que, con el mantenimiento adecuado, puede durar indefinidamente; y Max More, que dirige Alcor, una organización sin ánimo de lucro que tiene a más de cien personas congeladas para poder devolverlas a la vida en el momento que los científicos sepan como hacerlo.

“Nos cuesta congelar una célula y volverla a resucitar tras el congelamiento, así que entiendo que congelar millones y millones de células que constituyen nuestro organismo, y que funcionen de la misma manera que antes de congelarlas, es una tarea de gigantes que se escapa a mi comprensión”, explica Izpisúa a Quo. Pero admite, humildemente, que “lo que hoy es posible ayer fue imposible, y la ciencia se trata de descubrir cosas que están cubiertas”.

No te asustes. El científico español tampoco se criopreservaría. Pero está bien atender a las ideas de los demás, al menos a las que tengan argumentos científicos, para saber qué proponen. Y, de paso, divertirse pensando en qué pensaban los clientes de Alcor cuando decidieron congelarse la cabeza. Este congreso no tiene desperdicio, y en Quo no vamos a dejar nada en el plato hasta que veamos cómo termina, mañana.

Andrés Masa Negreira