Su nombre ‘técnico’ es Dendrolagus pulcherrimus, aunque se le conoce como canguro arborícola de manto dorado y, cariñosamente, como oso de peluche de la
selva tropical. También se les denomina ‘fantasmas de la selva’, pues es muy difícil encontrarse con uno. Según explica Lisa Dabek, una de las científicas del área de conservación, «es un híbrido entre un canguro, un koala, un perezoso, un mono y un oso». Este mamífero tan achuchable fue descubierto en 2005 en las Montañas Foja de la isla de Nueva Guinea, aunque fue descrito en 1993 por el naturalista Tim Flannery. Aunque este es el hábitat más poblado por los canguros arborícolas, también ha sido visto en la región de Queensland (Australia).

Se engloba dentro de una de las doce especies del género Dendrolagus y es considerado el más bonito y extraño ejemplar dentro del pequeño grupo de mamíferos de los marsupiales. Sus diferencias evolutivas con respecto a su género se debe a que vive en los árboles. Presenta una cola más larga con el fin de poder balancearse en las copas de éstos, así como unas garras considerables para poder agarrarse con seguridad, patas más fuertes que le permiten saltar largas distancias (hasta 9 metros) y un pelaje estilo al de un oso de peluche que termina de caracterizarlos. Su tamaño también es menor: entre 50 y 80 cm.

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El salto mortal que le veis dar al comienzo del vídeo no es un despiste del canguro, sino su respuesta natural cuando se siente amenazado. Su cuerpo está bien adaptado para sobrevivir a una caída desde esa altura.

Los primeros canguros fueron todos arborícolas, pero el canguro de manto dorado no tiene descendencia directa de estos sino que, aunque los científicos aún no saben cómo ocurrió, evolucionó a partir de los terrestres.

Dada la dificultad que tienen los conservadores para toparse con uno, se sabe muy poco de este exclusivo canguro. Hasta ahora sólo conocen sus gustos exquisitos por la comida: come una extraña orquídea que encuentra en las copas de los árboles.

Este marsupial se encuentra en grave peligro de extinción a consecuencia de la caza furtiva y la fragmentación de su hábitat.

Vía | iflscience.com

Redacción QUO