Un reciente estudio, realizado por expertos de la Universidad de Arizona y la de Emory analizó el comportamiento de padres respecto a sus hijos e hijas. De acuerdo con los autores, liderados por Jennifer Mascaro, la investigación, publicada en Behavioral Neuroscience, se centró en los padres porque hay menos trabajos que estudien su rol en la crianza.
Los expertos pretendían descubrir si las diversas maneras en que los padres tratan a los hijos o las hijas pueden estar influidas por diferentes respuestas cerebrales. Para evitar posibles sesgos que se producen en estudios de laboratorio, el equipo de Mascaro utilizó datos de 52 padres de niños pequeños (30 niñas y 22 niños) que accedieron a llevar un pequeño ordenador de mano en sus cinturones y usarlo durante un día laborable y un día de fin de semana. El dispositivo grababa durante 50 segundos cada nueve minutos los sonidos del entorno. También se les dijo a los padres que dejaran el dispositivo cargando en la habitación de sus hijos por la noche para poder registrar cualquier interacción nocturna
Los padres también se sometieron a resonancias mágnéticas mientras veían fotos de adultos desconocidos, niños desconocidos y de sus hijos con expresiones faciales felices, tristes o neutras. Los resultados mostraron que los padres de hijas tenían mayores respuestas a las expresiones faciales felices de sus hijas en áreas del cerebro importantes para el procesamiento visual, la recompensa y la regulación de la emoción. Por otro lado y, sorprendentemente, los padres de niños mostraban mayor actividad cuando se les mostraban imágenes de expresiones faciales neutras de sus hijos, posiblemente porque los padres están respondiendo a las manifestaciones emocionales más ambiguas.
En cuanto a las grabaciones obtenidas del dispositivos, los expertos descubrieron que los padres con hijas son más atentos y responden a sus necesidades con mayor frecuencia.También les cantaban más a menudo y hablaban más abiertamente sobre las emociones, incluyendo la tristeza, posiblemente porque aceptan más los sentimientos de las niñas que los de los niños.
Mientras que los padres con hijos varones participaban en juegos más físicos y utilizaban un lenguaje más vinculados a los logros ( palabras como orgullo, triunfo y superior) cuando hablaban con ellos.
“Si un hijo gritaba pidiendo por su padre – explica Mascaro en un comunicado–, los padres con niñas respondían más frecuentemente que los de niños. Debemos ser conscientes de cómo inconscientes nociones de género pueden actuar en la forma en que tratamos incluso a los niños más pequeños”.
Dado que la investigación se llevó a cabo en los Estados Unidos, el estudio tampoco pudo sacar conclusiones sobre los padres en otras culturas con diferentes normas sociales para los padres.
Si los padres están más presentes y atentos a las hijas y están abiertos a expresar emociones, eso puede ayudar a las niñas a desarrollar más empatía que los niños, por lo que los padres de hijos varones podrían adoptar el mismo enfoque. “Es importante reconocer que el hecho de que los padres puedan estar menos atentos a las necesidades emocionales de los niños, a pesar de sus mejores intenciones”, concluye Mascaro.
Juan Scaliter