Mide apenas 13 centímetros y no pesa más de 100 gramos. A simple vista lo único que podría llamar la atención en relación a la vizcacha roja (Tympanoctomys barrerae) es que su cola es más larga que su cuerpo. Pero poco más es digno de mención sobre este roedor endémico de Argentina.Al menos así era hasta ahora. Un nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad McMaster liderados por Ben Evans, ha analizado el ADN de este animal, el más extenso de todos los mamíferos, y ha descubierto que su tamaño cambió muy rápidamente.
El genoma de la vizcacha roja es dos veces más grande que el humano, incluyendo 102 cromosomas en lugar de los 46 nuestros y también duplica en tamaño al de uno de sus parientes más cercanos, la vizcacha de montaña (Octomys mimax). El ancestro común más reciente de ambas especies vivió hace “sólo” cinco millones de años.
El mecanismo detrás de ese crecimiento ha causado mucho debate entre los científicos, algunos de los cuales sugieren que la rápida expansión se debe a la duplicación total del genoma, un fenómeno relativamente común en algunos grupos, como los antepasados de maíz, tabaco, patatas y muchas otras plantas con flores, aseguran los investigadores en el estudio, publicado en Genome Biology and Evolution.
Por su parte, otros expertos argumentan que el rápido crecimiento del genoma de este roedor se debe a la repetición de secciones de su ADN y al proceso en el que un cromosoma se divide en dos o más a lo largo de la evolución. Para resolver el debate, el equipo de Evans comparó los datos genómicos de ambas especies. Los resultados mostraron que el tamaño del genoma de la vizcacha roja se debe a la expansión de un conjunto diverso de elementos altamente repetitivos, no ala duplicación.
«Esta transformación genómica es sorprendente porque sucedió durante un período muy corto de tiempo en términos evolutivos – explica Evans en un comunicado –. Esto es interesante porque estos mismos mecanismos, la expansión del ADN repetitivo, actúa en seres humanos y puede influir en determinadas enfermedades al interrumpir la función de ciertos genes”.
El próximo paso es explorar si esta evolución genética tiene algún vinculo con la alta tolerancia que este roedor tiene a una dieta altamente salina: se trata de una especie que puede alimentarse de plantas extremadamente saladas que crecen en el desierto, mientras que su prima de la montaña no puede tolerar la misma dieta.
Juan Scaliter