Una cantidad incorrecta de cromosomas provoca alteraciones en el desarrollo, infertilidad o la muerte. Entre los desórdenes relacionados con esta anomalía se encuentra la trisomía de los cromosomas sexuales (SCT, por su sigla en inglés), que afecta al 0,1 % de la población mundial.
Gracias a la reprogramación de células con un tercer cromosoma, un grupo de expertos de la Universidad de Kioto y el Instituto Francis Crick, liderados por Takayuki Hirota, logró evitar los posibles efectos adversos gracias a la reprogramación celular.
En un artículo publicado en Science, el equipo de Hirota demostró que cuando los fibroblastos de roedores trisómicos (XXY y XYY estériles) eran reprogramados y convertidos en células madre pluripotentes inducidas (iPCS, por su sigla en inglés), los animales a menudo perdían el cromosoma adicional. Las iPCS XY corregidas se convirtieron exitosamente en linajes de células germinales luego de que se las trasplantara a testículos de ratones, los cuales produjeron esperma capaz de engendrar descendencia fértil y normal desde el punto de vista cromosómico.
Los investigadores demostraron una pérdida cromosómica similar con trisomías de cromosomas no sexuales en un modelo de ratón con síndrome de Down, así como también demostraron la pérdida cromosómica en células humanas trisómicas. Los autores sostienen que esta técnica también permite la creación de iPCS femeninas a partir de células masculinas, lo cual ofrece nuevas posibilidades para estudios futuros acerca de los dimorfismos sexuales a nivel genético.
Juan Scaliter