De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, la malaria infecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo cada año y mata a unas 650.000 personas, predominantemente mujeres embarazadas y niños. Los esfuerzos para erradicar la malaria requieren el desarrollo de nuevas terapias, particularmente una vacuna eficaz. La primera de ellas aprobada para uso humano, la RTS, S / AS01, fue aprobada en julio de 2015, pero no ha tenido tanto éxito como se esperaba, con una eficacia marginal que disminuye con el tiempo.
Ahora, un equipo internacional de investigación, liderado por Justin Boddey, ha demostrado por primera vez que los carbohidratos en la superficie de los parásitos de la malaria desempeñan un papel crítico en la capacidad de esta enfermedad para infectar mosquitos y huéspedes humanos.
El descubrimiento, publicado en Nature, también sugiere estrategias para mejorar la única vacuna contra la malaria aprobada para proteger a las personas contra la malaria por Plasmodium falciparum, la forma más letal de la enfermedad.
La estrategia del parásito responsable de esta enfermedad es “etiquetar” sus proteínas usando carbohidratos con el fin de estabilizarlas y transportarlas. Este proceso es crucial para completar el ciclo de vida del parásito.
«Los parásitos de la malaria – explica Boddey en un comunicado – tienen un ciclo de vida complejo que implica cambios constantes para evadir la detección e infectar a los humanos y a los mosquitos. Hemos descubierto que la capacidad del parásito de “etiquetar” las proteínas clave con carbohidratos, es importante para dos etapas del ciclo de vida de la malaria y es crítica para los primeros estadios de la infección humana, cuando el parásito migra a través del cuerpo e invade en el hígado, y más tarde cuando se transmite de nuevo al mosquito desde un ser humano infectado, permitiendo que el parásito se propague entre las personas. Interferir en la capacidad del parásito para unir estos carbohidratos a sus proteínas obstaculiza la infección hepática y la transmisión al mosquito, y debilita al parásito hasta el punto de que no puede sobrevivir en el huésped”.
Juan Scaliter