De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 4 muertes de niños menores de 5 años de edad son atribuibles a ambientes insalubres. De hecho, 12,6 millones de muertes al año se atribuyen a condiciones ambientales insalubres.
Ahora, los resultados de un estudio, publicado en Nature, señalan que los menores de edad que viven en una región con mayor cobertura forestal, son menos propensos a experimentar enfermedades diarreicas, la segunda causa de muerte para niños menores de cinco años. El informe analizó datos de 300.000 niños en 35 países y es el primero en cuantificar la conexión entre la calidad de las cuencas hidrográficas y los resultados individuales de salud de los niños a escala global.

Los científicos, liderados por Diego Herrera, señalan que un aumento del 30% en la cantidad de árboles en las cuencas rurales tendría un efecto comparable al saneamiento mejorado del agua, como la adición de plomería o sanitarios interiores.
La base de datos estudiada cuenta con 30 años de encuestas demográficas y de salud, con 150 variables para 500.000 hogares, incluyendo datos espaciales sobre el medio ambiente.

“No estamos diciendo que los árboles son más importantes que los sanitarios y la fontanería interior – explica Herrera en un comunicado –. Pero estos hallazgos demuestran claramente que los bosques y otros sistemas naturales pueden complementar los sistemas tradicionales de saneamiento de agua, y ayudar a compensar la falta de infraestructura”.
Los investigadores esperan que el estudio ayude a los gobiernos y agencias de desarrollo a mejorar la salud y el medio ambiente de los niños de todo el mundo. La investigación abarcó 35 naciones de África, Sudeste Asiático, Sudamérica y el Caribe, incluyendo Bangladesh, Filipinas, Nigeria, Colombia y la República Democrática del Congo.

Juan Scaliter