En una región antigua conocida como paleosuperficie, en el distrito de Maseru (Lesotho), un grupo de científicos, liderados por Fabien Knoll, descubrió la primera evidencia de que un enorme dinosaurio carnívoro vagó por el sur de África hace 200 millones de años: sus huellas. El equipo ha encontrado varias marcas de tres dedos que miden 57 cm de largo y 50 cm de ancho y son, hasta el momento, las huellas más grandes de terópodos en África.
Esto significa, según un artículo publicado en Plos One, que el dinosaurio tendría una longitud corporal estimada de alrededor de nueve metros y una altura de casi tres metros hasta la cadera. Eso es cuatro veces el tamaño de un león, que es el carnívoro más grande de África en la actualidad.
Las huellas pertenecen a una nueva especie, llamada Kayentapus ambrokholohali, que es parte del grupo de dinosaurios llamado megaterópodos, un término que describe a los gigantescos dinosaurios carnívoros de dos patas, como el icónico Tyrannosaurus rex que alcanzaba los 12 metros de largo.
“Se trata de un hallazgo muy emocionante que arroja una nueva luz sobre el tipo de carnívoro que vagaba por lo que ahora es el sur de África – explica Knoll en un comunicado –. Es la primera evidencia de un animal carnívoro extremadamente grande vagando por un paisaje dominado por una variedad de dinosaurios carnívoros ,herbívoros y omnívoros mucho más pequeños. Este dinosaurio se encontraba en la cúspide de la cadena alimentaria”.
Lo que hace que el descubrimiento sea aún más importante es que estas huellas datan de la época del Jurásico inferior, cuando se pensaba que el tamaño de la mayoría de los dinosaurios terópodos era considerablemente menor: como mucho siete metros. Fue mucho más tarde en el Jurásico y durante el Cretáceo, unos 50 millones de años después, cuando surgieron los grandesterópodos, como el T. rex
“Este descubrimiento – añade la coautora Lara Sciscio – señala la primera aparición de dinosaurios carnívoros muy grandes en el Jurásico inferior en el sur de Gondwana, el continente prehistórico que más tarde se dividiría y se convertiría en África y otras masas terrestres . Esto lo convierte en un hallazgo significativo. A nivel mundial, estas pistas grandes son muy raras. Solo hay otro sitio conocido similar en edad y tamaño, que está en Polonia”.
[image id=»92931″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Silueta del Kayentapus ambrokholohali comparada con un humano de 1,6 metros de altura.
La superficie antigua donde se encontraron estas huellas también está cubierta con las huellas de dinosaurios terópodos, pero mucho más pequeños.
“En Sudáfrica, Lesotho, Zimbabwe y Namibia, hay un buen registro de las huellas de terópodos del Triásico superior y del Jurásico inferior – concluye Knoll –. De hecho, hay numerosas paleosuperficies donde se pueden encontrar huellas e incluso impresiones de la cola y el cuerpo de estos y otros animales. Pero ahora tenemos pruebas de que esta región de África también albergaba un megacarnívoro” .
Juan Scaliter