A veces nos enfrentamos con recuerdos que no son en absoluto agradables. El problema es cuando se convierten en recurrentes y no hay modo de bloquearlos. Esto puede llevar, si hablamos de eventos traumáticos, a una espiral de depresión o a conductas poco saludables.
Un grupo de expertos, liderados por Michael Anderson, ha identificado un químico clave dentro de la región de la memoria que nos permite suprimir los pensamientos no deseados, ayudando a explicar por qué las personas que sufren de trastornos como ansiedad, estrés postraumático depresión y esquizofrenia a menudo experimentan persistentes pensamientos intrusivos cuando estos circuitos no funcionan correctamente.
“La capacidad para controlar nuestros pensamientos – explica Anderson en un comunicado– es fundamental para nuestro bienestar. Cuando no funciona adecuadamente, provoca algunos de los síntomas más debilitantes de las enfermedades psiquiátricas: recuerdos intrusivos, imágenes, alucinaciones y preocupaciones patológicas y persistentes. Estos son todos los síntomas clave de enfermedades mentales como el estrés post traumático, la esquizofrenia, la depresión y la ansiedad. No podríamos sobrevivir sin controlar nuestras acciones. Tenemos muchos reflejos rápidos que a menudo son útiles, pero a veces necesitamos controlar estas acciones y evitar que sucedan. Debe haber un mecanismo similar para ayudarnos a evitar que ocurran pensamientos no deseados”.
En un estudio publicado en Nature Communications, el equipo de Anderson no solo identificó el área responsable, sino también los químicos implicados en la inhibición de los pensamientos.
Utilizando una combinación de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y espectroscopía de resonancia magnética, los investigadores pudieron observar lo que sucedía en las regiones clave del cerebro a medida que un grupo de voluntarios trataban de inhibir sus pensamientos. La espectroscopía permitió a los investigadores medir la química del cerebro, y no solo la actividad cerebral, como generalmente se hace en estudios de imágenes.
Los resultados mostraron que esta capacidad se basa en un químico dentro del cerebro que permite que los mensajes pasen entre las células nerviosas: GABA. Este neurotransmisor es el principal «inhibidor» en el cerebro, y su liberación por parte de una célula nerviosa puede suprimir la actividad en otras a las que está conectado.
“Lo emocionante de esto – concluye Anderson – es que ahora estamos llegando a un punto mucho más específico. Antes, solo podíamos decir “esta parte del cerebro actúa en esa parte”, pero ahora podemos decir qué neurotransmisores son probablemente importantes y, como resultado, inferir el papel de las neuronas inhibidoras, para permitirnos detener los pensamientos no deseados. «
Juan Scaliter
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