Un nuevo estudio publicado en Behavioral Ecology, señala que los pájaros cantores pueden coordinarse tanto vocal como visualmente para mejorar las respuestas de sus compañeros de canto.
Muchos animales que viven en grupo, cantan juntos para defender sus recursos, pero se trata de señales que pueden ser mucho más complejas que las del estímulo acústico por sí mismo. Además de las canciones, los animales que cooperan pueden producir movimientos que pueden combinarse con precisión entre los socios y con las canciones. Ciertas aves, han descubierto los expertos, se comunican con sus cuerpos enteros. En los humanos, por ejemplo, las expresiones vocales se producen naturalmente con movimientos asociados de la cara, lo que reduce la ambigüedad del habla. Debido a que las voces y los movimientos de los labios están relacionados físicamente, incluso las pequeñas modificaciones tienen un efecto de deterioro en la recepción del mensaje, por lo que la coordinación es un desafío ya que requiere un control continuo del comportamiento del compañero.
Investigaciones anteriores demostraron que la coordinación vocal precisa entre animales que cooperan aumenta la calidad de su pantalla; poco se sabe, sin embargo, sobre el papel de la coordinación entre canciones y movimientos. Las ratona de nuca rufa (Campylorhynchus rufinucha) combinan múltiples tipos de canciones y movimientos corporales de forma coordinada. Los investigadores han sugerido que movimientos como estos pueden mejorar la coordinación vocal dentro de la pareja. La diversidad de los movimientos y la coincidencia exacta con las canciones sugieren que ambos componentes señalizan conjuntamente “el baile y la música”.
Los autores del estudio utilizaron robots para analizar la coordinación en los dúos de la grallina australiana (Grallina cyanoleuca). Se trataba de modelos robóticos que usaban pieles taxidermicas, por lo que el color, el patrón y la textura de la superficie eran realistas. Las pruebas combinaron la reproducción de dúo vocal con modelos robóticos que producían movimientos de las alas y probaron si la coordinación audiovisual mejora las respuestas del receptor durante las interacciones en esta especie.
Los resultados indicaron que las grallinas australianasrespondían de modo diferente a los dúos coordinados y descoordinados. Tanto machos como hembras iniciaban más canciones en respuesta a la coordinación de voz y movimientos que cuando estos no estaban en sincronía.
Juan Scaliter
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