Al igual que el lenguaje humano, la canción del pinzón se compone de secuencias de «sílabas», unidades de sonido similares a los acordes musicales, y se aprende inicialmente por los pájaros jóvenes imitando a los «tutores» adultos. Como adultos, los pinzones cantan para atraer a sus parejas, y aún pueden aprender a ajustar sus canciones según el contexto, como si están tocando o practicando.
Investigadores de la Universidad de San Francisco, dirigidos por Lucas Tian, han demostrado cómo el gorrión capuchino de Japón (Lonchura striata domestica), puede aprender a modificar su canción de modo específico según el contexto, lo que podría arrojar luz sobre cómo el cerebro humano aprende a aplicar diferentes reglas dependiendo de la situación, y tienen implicaciones para comprender el lenguaje humano y los trastornos neurodegenerativos.

El estudio, publicado en Neuron, mostró que los pinzones cambian sus canciones de versiones genéricas a específicas, dependiendo de la situación en la que se encuentren. El objetivo era saber si las aves podrían aprender a alterar selectivamente el tono de sílabas específicas en sus canciones, dependiendo del contexto. Para entrenar a los pinzones, los investigadores emitían un ruido molesto cuando las aves entonaban una sílaba particular fuera de un rango establecido por los investigadores. Las aves aprendieron rápidamente a cambiar el tono de esa sílaba en su canción para evitar el sonido desagradable.

Luego, para comprender si las aves podían aprender distintas reglas para diferentes situaciones, los investigadores desafiaron a los pinzones a modificar la misma sílaba en direcciones opuestas, dependiendo del contexto. Sorprendentemente, las aves aprendieron a distinguir entre contextos y variaron sus respuestas en consecuencia. Por ejemplo, aprendieron a cantar una nota Mi en un tono más bajo cuando la sílaba estaba precedida por una Re pero en un tono más alto cuando estaba precedida por un Do.

«Este tipo de personalización sofisticada de aprendizaje en diferentes contextos – señala Tian en un comunicado – es muy similar al habla humana. Es difícil estudiar lo que está sucediendo en el cerebro humano durante este proceso, pero podemos preguntar cómo está sucediendo este aprendizaje dependiente del contexto en las aves. Hay suficiente similitud en las estructuras neuronales entre las aves y los mamíferos para permitirnos pensar que lo que aprendemos de las aves tendría una aplicación más amplia. Los pájaros cantores aprenden a cantar casi del mismo modo en que los humanos aprendemos a hablar, por lo tanto estas constituyen un modelo interesante para estudiar este proceso”.
El propósito final de este tipo de estudio es comprender mejor cómo el cerebro humano aprende comportamientos complejos como el lenguaje y cómo los mismos sistemas cerebrales se desmoronan en enfermedades como el Parkinson.

Juan Scaliter