A simple vista la piel de un elefante parece lo suficientemente gruesa como para no temerle a una abeja, pero es muy sensible y estos animales, siempre que pueden, evitan las picaduras de estos insectos.
Ahora, un proyecto, lanzado cerca en el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica, se ha servido de esta sensibilidad para proteger la flora nativa. Los expertos de la región, temen que la población de elefantes en expansión afecte negativamente el número y la estructura de especies de árboles icónicas de la región, como la marula (Sclerocarya birrea). Para encontrar un remedio a esto, el organismo de Parques Nacionales de Sudáfrica, se contactó con la protectora Elephants Alive para analizar los métodos que podrían usarse para mantener a los elefantes fuera de áreas particulares donde ciertas características del paisaje como los árboles altos deben ser preservados como parte de los objetivos de biodiversidad.
Elephants Alive ha estudiando el impacto acumulado de los elefantes en los árboles de mayor tamaño y ha analizado los métodos de mitigación que podrían utilizarse para aumentar la tasa de supervivencia de los árboles en zonas con poblaciones numerosas de elefantes. Uno de estos métodos incluyó el uso de protección con malla de alambre alrededor del tallo del árbol, lo que disminuye la posibilidad de que los elefantes le despojen de la corteza.
Pero otra opción ha sido utilizar abejas. La fundadora del proyecto, Michelle Henley, señala en un comunicado que “las colmenas han demostrado ser significativamente efectivas para proteger a los árboles autóctonos de ser pisoteados. Es sorprendente cómo una criatura tan pequeña puede ahuyentar a un elefante”. La iniciativa tiene, de acuerdo con sus creadores, otros beneficios. El proyecto está actualizando las colmenas y usándolas para explorar la producción comercial de miel.Los habitantes de la región son capacitados para fabricar colmenas y desarrollar habilidades apícolas. Para los responsables,estudios como estos no solo contribuyen a la ciencia sino que también amplían las habilidades de la comunidad local y pueden convertirse en valiosos ejemplos para promover la creación de empleo mientras colaboran con los servicios ecológicos.
Juan Scaliter
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