Hubo un tiempo en el que las armaduras eran un recurso inestimable de protección. Eso duró siglos. Pero entonces surgieron las armas de fuego, cada vez más potentes y precisas, y las cotas de malla y los guanteletes de acero se dejaron de lado. Los ejércitos evolucionaron hacia otro tipo de guerra porque el anterior modelo ya no funcionaba y no tenía sentido gastar los recursos en ella. Adaptarse o morir. Básicamente, la evolución.
Un nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad de Drexel y publicado en New Phytologist, señala que las plantas se adaptan de manera similar a las defensas obsoletas.
Liderados por Tatyana Livshultz, los científicos hallaron evidencia genética de que múltiples linajes de plantas, cuyos ancestros produjeron un químico capaz de disuadir a los herbívoros, evolucionaron para dejar de producirlo, posiblemente como respuesta a la inmunidad de su principal enemigo.
Livshultz y su equipo rastrearon la evolución de un gen involucrado en la producción de una clase de químicos altamente tóxicos para humanos y otros mamíferos, llamados alcaloides pirrolizidínicos, en la familia Apocynaceae, plantas con flores entre las que se encuentran las asclepias o algondoncillos. Al rastrear el gen, el equipo de Livshultzdescubrió cuándo evolucionó la producción de los productos químicos y cuántas veces se interrumpió: al menos cuatro veces diferentes entre los descendientes de las primeras que fabricaron los alcaloides.
Buscando una correlación entre la distribución del gen en las plantas y las interacciones con los animales inmunes surgió una conexión significativa con las mariposas Danainae. Casi todas las especies de esta familia de plantas que sirven de alimento a las larvas de Danainae, descienden de aquel ancestro productor de alcaloides. Sabiendo que la mayoría de las especies de este linaje de mariposas en realidad buscan alcaloides de pirrolizidina, parece que algunas especies en esta rama de Apocynaceae pudieron dejar de producir los alcaloides porque con ello solo atraían a las mariposas.
«Los alcaloides de pirrolizidina – explica Livshultz en un comunicado – son probablemente una defensa ineficaz contra las Danainae. De hecho son beneficiosos para estos insectos, ya que les sirve como defensa contra depredadores. Comprender la evolución de las defensas vegetales es de importancia práctica para las personas. Por un lado, en la agricultura, los insectos herbívoros pueden causar reducciones del 15% en los rendimientos de los cultivos. Y también hay que destacar el aspecto farmacológico: los metabolitos secundarios de las plantas (los alcaloides pirrolizidínicos son una variedad de ellos) son una fuente importante de compuestos medicinales”.
Juan Scaliter