Si el Archaeopteryx de finales del Jurásico era un habitante del suelo con plumas, un planeador o volaba de forma activa, es una incógnita que lleva presente en la mente de la mayoría de los paleontólogos. Ahora, gracias a un nuevo estudio, publicado en Nature Communications, el dilema podría tener una respuesta. Gracias al uso de la microtomografía de sincrotrón en el ESRF (Sincrotrón Europeo), que un equipo internacional de científicos ha podido estudiar en profundidad los huesos de las alas del Archaeopteryx y concluir que estos se formaron para el vuelo activo, pero no para el estilo de vuelo avanzado que dominan las aves actuales.

Los esqueletos de Archaeopteryx que se conservan en losas de piedra caliza revelan solo una parte de su morfología. Dado que estos fósiles se encuentran entre los más valiosos del mundo, se desaconseja la investigación invasiva para revelar sus estructuras internas.

“Afortunadamente, hoy ya no es necesario dañar fósiles preciosos – afirma Paul Tafforeau, coautor del estudio, en un comunicado –. La sensibilidad excepcional de las técnicas de imágenes de rayos X para investigar muestras de gran tamaño, ofrecen una visión microscópica de los huesos y permite reconstrucciones tridimensionales virtuales de extraordinaria calidad”.

Pero reconstruir el comportamiento de especies extintas, plantea desafíos sustanciales para los paleontólogos, especialmente cuando se trata del que se considera, probablemente, el dinosaurio más antiguo capaz de volar. El Archaeopteryx muestra una anatomía que ilustra las estrechas relaciones entre dinosaurios extintos y algunos de sus descendientes: las aves. La mayoría de los esqueletos de aves modernas están altamente especializados para el vuelo, sin embargo, muchas de sus adaptaciones características, en particular la articulación del hombro, están ausentes en los fósiles de Archaeopteryx.

Dado que este animal representa el miembro volador conocido más antiguo del linaje aviano, los hallazgos no solo ilustran aspectos de su estilo de vida, sino también proporcionan información sobre la evolución del vuelo en sus primeras etapas.

“De hecho – concluye Stanislav Bureš, otros de los expertos involucrados en el estudio –, ahora sabemos que el Archaeopteryx ya estaba volando activamente hace alrededor de 150 millones de años, lo que implica que el vuelo evolucionó incluso antes”.

Los hallazgos muestran que el Archaeopteryx es un representante de la primera ola de estrategias de vuelo de los dinosaurios, una que eventualmente se extinguió, dejando solo el trazo de las aves voladoras actuales.

Juan Scaliter