Todos sabemos que una taza de café por la mañana es el mejor despertador. Pero parece que hay mucho más detrás de las primeras tazas. Así lo afirma un grupo de científicos liderados por Marilyn Cornelis que ha descubierto que el café afecta nuestro metabolismo en decenas de otras formas. Entre ellas se incluyen el metabolismo de los esteroides y aquellos neurotransmisores típicamente relacionados con el cannabis.
El equipo de Cornelis analizó más de 800 metabolitos en sangre y muchos de ellos, más de los que se creía, cambiaban tras consumir café. Una de las sorpresas fue que los neurotransmisores vinculados con el sistema endocannabinoide (los mismos afectados por el cannabis), disminuyeron después de beber de cuatro a ocho tazas de café al día. Eso es lo contrario de lo que ocurre después de que alguien consume cannabis.
El sistema endocannabinoide también regula una amplia gama de funciones: cognición, presión arterial, inmunidad, adicción, sueño, apetito, energía y metabolismo de la glucosa entre otros.
“Las vías de endocannabinoides pueden tener un impacto sobre nuestras conductas alimentarias – explica Cornelis en un comunicado –, un ejemplo de ello es el vínculo entre el consumo de cannabis y el hambre. Las nuevas vías descubiertas son completamente nuevas y permiten comprender mejor cómo el café podría afectar la salud. Ahora queremos profundizar en estos cambios”.
El equipo de Corelis también descubrió que el café aumenta los niveles de ciertos metabolitos relacionados con el sistema androsteroide, lo que sugiere que esta bebida podría facilitar la excreción o la eliminación de esteroides. Debido a que la ruta de los esteroides es un foco para ciertas enfermedades, incluido el cáncer, el café también puede tener un efecto sobre estas dolencias. El estudio se ha publicado en el Journal of Internal Medicine.
Por último, el café también se ha relacionado con la posibilidad de ayudar a controlar el peso y reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
“Esto se debe a la capacidad de la cafeína para aumentar el metabolismo de las grasas o los efectos reguladores de la glucosa de los polifenoles (productos químicos derivados de plantas) – concluye Cornelis –. Nuestros hallazgos que relacionan el café con endocannabinoides ofrecen explicaciones alternativas que merecen un mayor estudio”.
Juan Scaliter