Una colaboración entre astrofísicos y ecologistas, dirigida por Claire Burke, está ayudando a monitorear especies raras y en peligro y a detener la caza furtiva. El software y las técnicas astrofísicas se aplican a imágenes infrarrojas térmicas capturadas por drones para detectar e identificar automáticamente animales, incluso por la noche, cuando ocurre la mayor actividad de caza furtiva. Los drones pueden inspeccionar grandes áreas de terreno difícil desde arriba, permitiendo a los ecologistas acceder a áreas de difícil acceso y monitorear la vida silvestre sin molestar a los animales. El proyecto, titulado Communicating astrophysics to diverse audiences through interdisciplinary research in astro-ecology, fue presentado en la Semana Europea de Astronomía y Ciencias Espaciales (EWASS) en Liverpool.

«Con las cámaras térmicas infrarrojas – explica Burke en un comunicado –, podemos ver fácilmente a los animales como resultado de su calor corporal, de día o de noche, e incluso cuando están camuflados en su entorno natural. Los animales y los seres humanos en las imágenes térmicas ‘brillan’ de la misma manera. Como estrellas y galaxias en el espacio, hemos podido combinar la experiencia técnica de los astrónomos con los conocimientos de conservación de los ecologistas para desarrollar un sistema para encontrar a los animales o cazadores furtivos de forma automática».
El proyecto se basa en algoritmos de aprendizaje automático y herramientas de detección astronómica desarrolladas a través del software de código abierto, Astropy. el equipo construye bibliotecas de imágenes para capacitar al software para reconocer diferentes tipos de animales en diferentes tipos de paisaje y vegetación.

«Tuvimos nuestra primera prueba de campo en Sudáfrica – añade Burke –, en septiembre pasado para detectar conejos ribereños, una de las especies de mamíferos más amenazadas del mundo. Los conejos son muy pequeños, por lo que voló el avión no tripulado bastante bajo, a una altura de 20 metros. Aunque esto limitó el área que podíamos cubrir con el dron, logramos cinco avistamientos. Dado que solo hubo aproximadamente 1000 avistamientos de conejos Riverine en total, fue un verdadero éxito «, dice Burke.

El equipo ha desarrollado un software que modela los efectos de la vegetación que bloquea el calor corporal, permitiendo la detección de animales ocultos por árboles u hojas. El sistema ahora se está perfeccionando y actualizando para compensar los efectos atmosféricos, el clima y otros factores ambientales. Los aspectos técnicos del proyecto serán presentados en EWASS en una ponencia titulada Developing and applying astronomical software for novel use in conservation biology.
Los «astro-ecólogos» se enfrentan a sus próximos desafíos de campo en mayo, en busca de orangutanes en Malasia y monos araña en México, seguidos en junio de una búsqueda de delfines de río en Brasil.

Juan Scaliter