Parecía que el problema de la capa de ozono se estaba solucionando gracias, entre otras cosas, al llamado Protocolo de Montreal, por el que las naciones del mundo se comprometieron a reducir las emisiones de clorofluorocarbonos, los llamados CFC-11, un tipo de gases generados en la producción de aerosoles y aire acondicionado.
El acuerdo permitió ir buscando alternativas que no generaran estos gases hasta que, en 2010, oficialmente se dejaron de producir por completo. Y el resultado fue que todas las mediciones realizadas mostraron una disminución progresiva de la presencia de dichos gases y de la recuperación de la capa de ozono. Hasta ahora.
Y es que las nuevas mediciones realizadas por científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos han detectado, por primera vez, un nuevo aumento en las emisiones de CFC-11, lo que revela que alguien los está produciendo ilegalmente.
Pero, ¿de dónde vienen dichas emisiones? Todo parece indicar que de Asia y los principales países sospechosos son China, Mongolia y las dos Coreas. Los autores del estudio calculan que esas emisiones ilegales están siendo aproximadamente de unas 13.000 toneladas anuales. Por ese motivo, solicitan a los científicos de dichos países que hagan sus propias mediciones para detectar las fuentes concretas.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López