Ya ha comenzado a circular la primera fase de la flota de 100 vehículos autónomos (AV) de Intel y Mobileye en las complejas condiciones del tráfico de Jerusalén. La tecnología pretende demostrar que el modelo de Seguridad Sensible a la Responsabilidad (RSS) de Mobileye aumenta la seguridad. En los próximos meses, la flota se expandirá a los EE. UU. y a otras regiones.

El RSS es un conjunto de fórmulas matemáticas que una máquina puede entender para llevar a un pasajero desde el punto A al B con la mayor seguridad y fiabilidad posible.
En pocas palabras, la política de conducción basada en la inteligencia artificial es la forma en que un vehículo autónomo transita sin provocar situaciones peligrosas en el camino.
La tecnología apunta a un tráfico más seguro y menos costoso que un vehículo conducido por humanos. Puede operar en cualquier geografía y logra una mejora de 1.000 veces en lo que a seguridad sobre un vehículo conducido por humanos se refiere. Sin la necesidad de miles de millones de kilómetros de pruebas de validación en las vías públicas.

Los responsables de la iniciativa han elegido Jerusalén primero porque es la base de la empresa Mobileye. Pero también se buscaba demostrar que la tecnología puede funcionar en cualquier geografía y bajo todas las condiciones de conducción. En esta ciudad no hay caminos perfectamente marcados, hay secciones muy complicadas debido a la arquitectura local, los peatones no siempre utilizan los cruces habilitados y, al mismo tiempo, los vehículos deben tener una velocidad determinada que se ubica entre no congestionar el tráfico, pero tampoco provocar accidentes.

Gracias a sus 12 cámaras (8 con visión de 360º) los vehículos circulan por la ciudad, cambiando de carril, evitando peatones y reconociendo las señales, al tiempo que responden con velocidad a los imprevistos. Lo sorprendente es que, al menos durante esta fase inicial, la flota solo funciona con cámaras. En total se espera obtener unas mil millones de horas de datos de conducción, que es 1.000 veces mejor que las estadísticas de conducción humana. El objetivo final es que en 2021 los coches autónomos sean una realidad cotidiana.

Juan Scaliter