Cada día mueren en nuestro organismo 50 mil millones de células. Aproximadamente. Es el resultado de un proceso conocido como apoptosis, que consiste en la destrucción celular provocada por el propio organismo, con el fin de controlar su desarrollo y crecimiento. Lo que vendría ser una especie de suicidio celular. Se trata de un proceso vital ya que, por ejemplo, es uno de los mecanismos con los que cuenta nuestro organismo para evitar que desarrollemos un cáncer. Aunque no siempre lo consiga.
La apoptosis está desencadenada por señales o estímulos celulares controlados genéticamente. Y, ahora, un equipo de la Universidad de Standford ha logrado medir a qué velocidad se mueven esos estímulos. Y el resultado es que la señal que desencadena la muerte celular viaja a 30 micrómetros por minuto. Un micrómetro es la millonésima parte de un metro o la milésima parte de un milímetro.
Y eso significa que la muerte celular se mueve a unos dos milímetros por hora. Más allá de lo anecdótico, el hallazgo ayuda a comprender un poco mejor el mecanismo de la apoptosis, algo que puede tener trascendentes aplicacioens futuras en el campo de la salud. Porque los ivnestigadores buscan descubrir la manera de poder controlarlo para usarlo como medio de prevención de enfermedades como el cáncer o el alzhéimer, provocando el suicidio de las células «malas».
Fuente: The Guardian.
Vicente Fernández López