Los insectos Myrmeleontiformia, un suborden de los neurópteros, forman parte de un antiguo grupo de insectos que se caracterizan por larvas depredadoras con morfologías y comportamientos inusuales.

Un equipo internacional dirigido por Wang Bo, de la Academia de Ciencias de China han descubierto fósiles de mirmeleóntidos del Cretácico (hace aproximadamente 100 millones de años), en ámbar birmano.

Sus hallazgos, publicados en Nature Communications, muestran que estos insectos no experimentaron cambios considerables en su morfología durante los siguientes 100 millones de años.

Esta continuidad morfológica ayudó a reconstruir comportamientos no preservados en el registro fósil. La inferencia de estos comportamientos arroja luz sobre el nicho ecológico y el estilo de vida de los mencionados insectos.

Los hallazgos sugieren que las especializaciones fosoriales (adaptaciones a la excavación y vida subterránea) evolucionaron más de una vez en los Myrmeleontiformia. Este estilo de vida fue sin duda uno de los factores que condujeron a su éxito, permitiendo que estos insectos colonizaran hábitats áridos donde sobrevivieron a cambios considerables en los ambientes terrestres durante el Cretácico.

Los fósiles birmanos mostraron que el transporte de escombros caracterizó a este linaje durante al menos 100 millones de años. También contribuyó a su éxito su capacidad de camuflaje, algo que aparece por todo el linaje y que, junto a su vida subterránea, permitió que las larvas depredadoras se escondieran de sus presas.

Juan Scaliter