¿Por qué algunas personas no muestran signos de temor y son capaces de caminar por un cable de acero entre dos edificios mientras otras, se congelan al subir a un ascensor? Un reciente estudio, publicado en Nature Communications, revela que cierto tipo de células en el hipocampo desempeña un papel clave en estas conductas.
Los seres humanos somos muy diferentes a la hora de probar cosas peligrosas o estimulantes. Incluso los hermanos pueden mostrar diferencias dramáticas en el comportamiento al asumir riesgos. Y, pese a que los mecanismos neuronales que impulsan las conductas de riesgo son en gran parte desconocidos, un equipo de científicos dirigidos por Sanja Mikulovic, han encontrado que algunas células en el hipocampo desempeñan un papel clave en la conducta de riesgo y la ansiedad.
Los resultados muestran que las neuronas conocidas como células OLM, cuando son estimuladas, producen un ritmo cerebral que está presente cuando los animales se sienten seguros en un ambiente amenazante (por ejemplo, cuando se están escondiendo de un depredador pero son conscientes de la proximidad del mismo). El estudio demostró que la ansiedad y el comportamiento de riesgo pueden controlarse mediante la manipulación de células OLM.
La ansiedad adaptativa (o normal) es esencial para la supervivencia porque nos protege de daños. Desafortunadamente, en un gran número de personas, la ansiedad puede ser disfuncional e interferir severamente con la vida diaria. En estos casos, los médicos a menudo dependen de antidepresivos para ayudar a los pacientes a recuperarse. Sin embargo, estos medicamentos actúan en todo el cerebro y no solo en las áreas donde se necesitan y, por lo tanto, pueden tener efectos secundarios graves.
Encontrar una vía que modifique rápida y robustamente el comportamiento de riesgo es muy importante para el tratamiento de la ansiedad patológica.
«Es fascinante cómo diferentes regiones de la misma estructura cerebral controlan comportamientos distintos y cómo interactúan entre sí – explica Mikulovic –. Identificar los circuitos específicos que subyacen a los procesos cognitivos o emocionales es crucial para la comprensión general de la función cerebral y para el desarrollo de fármacos más específicos para tratar los trastornos”.
El descubrimiento de estas neuronas y su papel en la ansiedad y la asunción de riesgos puede abrir un camino para el desarrollo de ansiolíticos y antidepresivos altamente eficientes sin efectos secundarios comunes, como la apatía.
Juan Scaliter