Dos grupos de 10.000 neuronas llamados supraquiasmáticos se ocupan de que todas las funciones vitales sepan qué hora es y, por lo tanto, cómo comportarse. Es lo que conforma nuestro ciclo circadiano. La luz solar actúa como incitadora, pero, según saben desde hace años, no es la única responsable. Si así fuera, no tendríamos jet-lag, pero es patente que nuestra química tarda en adaptarse al nuevo horario, no le basta el sol. Aquí tienes los hitos diarios de un humano medio.

Redacción QUO