Sí. De hecho la industria que se dedica a instalar generadores de olas artificiales para hacer surf ofrece dos “modelos”.
Las más habituales son las Flowrider, olas de tubo que, al no ser muy altas ni violentas (hacia 2 m), permiten surfear a deportistas menos avezados.
Para los expertos están las de 4 m de alto, bautizadas como Bruticus Maximus. Las olas artificiales suelen generarse con cuatro bombas de hélice sumergibles de 215 CV de potencia, que impulsan 490.000 litros de agua por minuto a 50 km/h.
Este caudal choca contra una pared inclinada sumergida, que logra formar el tubo.
Redacción QUO