En agosto de 2008, científicos del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre, en Alemania, descubrieron en el espacio (gracias al telescopio Newton) la presencia de materia ordinaria nunca detectada hasta entonces.
Se trataba de una especie de “puente” formado por filamentos de gas caliente y muy poco denso que servía de unión entre dos galaxias, Abell 222 y Abell 223, alejadas de la Tierra unos 2.300 millones de años luz. “Este hallazgo nos permite comparar el Universo con una tela de araña”, explicó Aurora Simionescu, astrofísica del Max Planck. “Hasta este momento solamente podíamos ver sus nudos, pero ahora empezamos a descubrir también sus múltiples filamentos.”
Redacción QUO
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