Los astrónomos han recibido las ondas expansivas de lo que podría ser la colisión más masiva de dos agujeros negros jamás descubierta, que ocurrió hace unos 7.000 millones de años, aunque su radiación esté llegando ahora hasta nosotros

El espectáculo comienza presentado a los dos grandes (literalmente) protagonistas: en un lado, un agujero negro de aproximadamente 66 veces la masa de nuestro sol, en el otro, otro agujero con 85 veces la masa del sol. Poco a poco (a lo largo de miles de millones de años) estos dos cuerpos supermasivos se acercaron, comenzaron a girar el uno alrededor del otro hasta alcanzar varias revoluciones por segundo, y finalmente colisionaron con  una violenta explosión de energía que envió ondas expansivas a todo el Universo. ¿El resultado de su fusión? Un solo agujero negro de aproximadamente 142 veces la masa de nuestro sol.

Hasta ahora, los científicos han sido capaces de detectar y observar indirectamente agujeros negros en dos rangos de tamaño diferentes, o bien pequeños que «solo» tienen entre 5 y 100 veces la masa del Sol, bien los agujeros negros supermasivos que se encuentran en el centro de las galaxias, incluida la Vía Láctea, que tienen miles de millones de veces la masa del Sol. Pero hasta ahora no se había encontrado un agujero negro de tamaño mediano, entre 100 y 1.000 veces la masa del Sol, aunque los astrónomos estaban seguros de que debían estar ahí fuera.

El descubrimiento ha aparecido en las revistas Physical Review Letters y The Astrophysical Journal Letters, y podría ayudar a explicar por qué el universo tiene el aspecto que tiene ahora, con una abundancia de agujeros negros más pequeños dispersos y unos pocos agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias. Una de las teorías para explicar cómo los agujeros negros supermasivos se hacen tan grandes es a partir de la fusión de agujeros negros más pequeños. Si la teoría es cierta, tendría que haber agujeros negros de tamaño medio, y esta es la primera vez que se observan.

Tamaños agujeros negros combinados LIGO/Caltech/MIT/R. Hurt (IPAC)

Tamaños agujeros negros combinados LIGO/Caltech/MIT/R. Hurt (IPAC)

¿Cómo se detectan dos agujeros negros que colisionaron cuando solo había pasado la mitad de la edad del universo conocido? Los científicos midieron las diminutas ondas de choque que produjo la fusión. Igual que ocurre cuando chocan dos objetos frente a nosotros, y oímos el sonido que producen en el aire, cuando dos objetos increíblemente masivos como estos agujeros negros se fusionan, deforman el espacio y el tiempo, creando ondas que viajan a la velocidad de la luz, conocidas como ondas gravitacionales. Estas ondas son gigantescas cuando se producen, pero para cuando llegan a nuestro planeta son increíblemente débiles y difíciles de detectar.

Estas ondas tan débiles se han podido detectar gracias a dos observatorios denominados LIGO, en EEUU, y Virgo, en Italia. LIGO fue el primer observatorio en detectar ondas gravitacionales en 2015 y desde entonces entre los dos han detectando aproximadamente 67 fusiones de agujeros negros, estrellas de neutrones y agujeros negros que se fusionan con estrellas de neutrones.

Las ondas que nos han llegado de este evento ocurrido hace 7.000 millones de años solo duraron una décima de segundo, y podrían haber pasado desapercibidas, pero según los científicos, en este espacio mínimo de tiempo se destruyó el equivalente a siete veces la masa del Sol y se convirtió en energía (según la famosa fórmula E=mc2). Eso es mucha, mucha energía en tan poco tiempo.

REFERENCIA

GW190521: A Binary Black Hole Merger with a Total Mass of 150M